El desempleo y sus consecuencias psicológicas es un tema con el que nos encontramos ahora cada vez con más frecuencia. Dramas que comienzan con el impago de deudas, de hipotecas de la vivienda donde se vive, de esa casa que ha costado tanto esfuerzo ir comprando, sino también dificultades no sólo para realizar actividades más o menos habituales , sino también para satisfacer necesidades básicas. Aunque también no sólo se trabaja para ganarse la vida, sino para lograr el desarrollo personal. Por este motivo, desde la vertiente psicológica, perder el empleo resulta demoledor, incluso aunque los recursos económicos estén asegurados. Los servicios de empleo de los países de la OCDE deberían trabajar de forma muy intensa en esta línea. Ya hay gente que ayuda y mucho en los Servicios de Empleo de las Comunidades Autónomas (@yoriento), por ejemplo es una buena página para obtener información), pero el esfuerzo debe continuar y multiplicarse en estos años, y todas las políticas activas de empleo deben ir también integradas en esta estrategia.
Hay varias cuestiones que una persona parada va viviendo a lo largo de este tiempo en el que se encuentra desempleado que lo puede llevar a arrinconarse y no trabajar para encontrar trabajo: Una indefensión aprendida.
Síndrome de la invisibilidad
El beneficio del trabajo
El trabajo es una fuente muy importante de bienestar psicológico y social, que se constata cuando se pierde.
Mientras se trabaja, son muchos quienes se lamentan de los horarios, el salario, las relaciones laborales o el estrés, entre otros factores. Pero el trabajo es una fuente muy importante de bienestar psicológico y social, que se constata cuando se pierde. »
- El empleo impone una estructura del tiempo, implica experiencias compartidas y contactos con personas ajenas al núcleo familiar,
- Vincula al individuo con metas y propósitos que rebasan la propia personalidad, que la mayoría de las veces son compartidas.
- Proporciona un estatus social frente a los demás.
- Clarifica la identidad personal en cuanto a lo que vas consiguiendo en él y lo que te permite hacer y crecer.
- Requiere de una actividad habitual y cotidiana. Puesto que no sólo se trabaja para ganarse la vida, sino también para el desarrollo personal, perder el empleo resulta destructivo desde la vertiente psicológica, incluso cuando se tenga una fuente de ingresos económicos asegurada.
Desahogarse sí, pero el tiempo justo
- Conviene ser realista y reconocer las cosas tal y como son, no dramatizar y no ponerlas peor, exagerando lo ocurrido.
- Es bueno desahogarse y hablar del tema, siempre y cuando se haga en términos constructivos y no se abuse de las quejas, porque éstas sólo lograrán que se caiga en un gran pesimismo.
- Hay que asumir el despido como una situación de transición entre un trabajo y otro.
- En positivo se debe pensar que si se ha desempeñado hasta ahora un trabajo con profesionalidad, ¿por qué no va a ser posible conseguirlo en otra empresa?
Debido al actual panorama económico, todos deberíamos contemplar la pérdida de trabajo como una realidad que puede sucederle a cualquiera
Ponernos mano a la obra
Puntos clave para superar situaciones críticas:
- Aceptar la situación
- Centrarse en la situación personal
- Ser realista
- Pensar en un plan alternativo
- Posponer algunos proyectos
- Aumentar otros valores no económicos
- Recurrir a la red de contactos. Está demostrado que la vía más eficaz suele ser la de recurrir a la red de contactos. Se estima que entre el 65% y el 70% de los puestos de trabajo surgen a través del conocido como «networking» (recomendaciones de amigos, conocidos o antiguos colegas).Los llamados prescriptores son un elemento clave en la búsqueda. Generas confianza en función de quién te prescribe. Elige bien tu prescriptor/a.
- Empresas de la competencia. También se puede explorar la posibilidad de encontrar trabajo en otras empresas del sector donde hasta ahora se había trabajado. Al tener conocimiento del mismo, se podrán ofrecer a otras compañías las habilidades en el trabajo concreto, directivas o la experiencia que se haya adquirido.
- La eficacia de la carta de presentación. Es previa al currículum vitae y es más importante que el propio currículo. Debe ser innovadora y creativa. Es buena, además, para insertar información que no consta en el currículo. Algunos consejos de presentación es que debe escribirse en un papel blanco, escrita en ordenador, máximo una página, una sola idea de propuesta, no subestimarse ni lamentarse y solicitar en ella una entrevista personal. Otra herramienta cada vez más valorada es la inclusión de «cartas de referencia» de las empresas o jefes anteriores. Esto complementa muy bien nuestra propuesta. Una carta de presentación sencilla o las cartas de referencia de la antigua empresa son cada vez más valoradas por los empleadores
- La pregunta clave que se le hace a un parado. Después de haber sido despedido, conviene encontrar respuestas para estas tres preguntas: «¿cuál es el motivo del despido?» (versión oficial), «¿qué se cree que realmente sucedió?» y «¿qué se le va a decir a la gente?» sobre todo a los potenciales entrevistadores cuando pregunten: «¿Por qué se encuentra usted en paro?». Es importante preparar una respuesta razonada y razonable a esta pregunta, y referirse al tema mediante comentarios positivos acerca de la antigua empresa e, incluso, de los anteriores jefes.Siempre hemos de hablar bien de nuestra antigua empresa.
- ¿Se debe aceptar el primer empleo que se ofrezca? Es necesario estudiar convenientemente todos los pros y los contras del nuevo empleo. Hay controlar las decisiones que pueden tomarse apresuradamente, sobre todo en lo que se refiere a ofertas imprevistas. De hecho, hay muchas personas que aceptan la oferta, aunque en muchas ocasiones el salario sea inferior al de su anterior empresa. ¿La razón? Entienden que obtienen otras compensaciones como la proximidad, el buen ambiente laboral o el horario. Sobre todo, es importante pensar que se trata de un período de transición mientras se encuentra otro empleo mejor remunerado.
- Cambio de carrera. Muchas personas aprovechan una situación de paro para replantearse su vida profesional y cambiar de carrera o actividad. Por ejemplo, alguien que ha trabajado durante toda su vida en el sector de seguros no tiene por qué buscar únicamente trabajo en una aseguradora, porque sus conocimientos le son útiles para otras muchas actividades: contabilidad, administración, etc. La mayoría de la gente se embarca en el proceso de cambio profesional con cierto grado de confusión y mucha incertidumbre sobre dónde acabará todo. Procedemos de muchos puntos de partida distintos, y seguimos muchas rutas diferentes.
La otra tarea inaplazable: La Planificación económica
- Indemnizaciones: El despido declarado improcedente es una de las causas de finalización de la relación laboral con indemnización más frecuente. En ocasiones, algunos empresarios deciden dar por terminada la relación laboral con un empleado argumentando que éste ha incurrido en un incumplimiento grave. Si no han quedado demostradas las causas, o no se observan las formalidades necesarias, se declara improcedente. Es entonces cuando la empresa puede optar por readmitir al trabajador o pagarle una indemnización.
En este caso, si se alega y se prueba como causa de la indemnización un despido declarado improcedente disciplinario, corresponden 45 días de salario por año de servicio para un máximo de 42 mensualidades. Por ejemplo, si el 1 de junio de 1998 se firmó un contrato indefinido y el despido se ha producido el 10 de enero de 2008, se tiene una antigüedad de nueve años, siete meses y diez días. En el cómputo final, los diez días se toman como un mes entero. Así pues, a efectos de la indemnización serían nueve años y ocho meses. Para calcular el importe máximo que se podría recibir, se multiplica el salario mensual por el máximo de mensualidades. - Prestación social por desempleo: Si se pierde el trabajo por un despido declarado improcedente, se tendrá derecho a una prestación económica mensual o, lo que es lo mismo, a cobrar el paro. La cantidad que deberá cobrarse se calcula en función de las cotizaciones realizadas a la Seguridad Social por esta contingencia, y sobre la base reguladora correspondiente al promedio de los últimos 180 días de ocupación cotizada del trabajador. Durante los 180 primeros días de desempleo, se percibirá el 70% de la Base Reguladora y a partir del 181, el 60% de ésta.
Con respecto a la duración de la prestación, ésta se calcula en función del período de ocupación cotizada durante los últimos seis años anteriores a la situación legal de desempleo con arreglo a la escala adjunta. En cuanto a las retenciones, a la cuantía de la prestación se le descontarán por una parte el importe del 65% de la cotización a la Seguridad Social a efectuar por el trabajador y, por otra, el importe de la retención a cuenta del IRPF.
- Hacer un estudio detallado y analizar los posibles gastos, para así amoldarse mejor a la nueva situación. Se puede hacer un gráfico o una tabla en la que figuren todos los ingresos y gastos mensuales que se producen en la economía familiar. Por ejemplo, en una hoja de papel (o en una hoja de cálculo Excel) se desglosan los costes fijos en dos columnas (alquiler, hipoteca, luz, agua…) y los gastos variables (sobre los que se tiene influencia directa: ropa, actividades de ocio, etc.) Se calcula la diferencia y el resultado es el margen financiero del que se dispone.
- Dejar las vacaciones y grandes compras para mejores momentos. Si se quiere ahorrar, lógicamente no es el momento para realizar viajes demasiado costosos. Tampoco es el mejor momento para comprar el último modelo de coche, sino centrarse únicamente en aquellos gastos de primera necesidad.
- Intentar alargar el plazo de la hipoteca. En momentos de carestía, muchas personas optan por vender la casa para cambiarse a otra más económica, en barrios donde el metro cuadrado es más barato. Pero si esta medida es demasiado drástica, se puede intentar negociar con el banco y optar por la posibilidad de alargar los plazos de pago de crédito hipotecario y así reducir las cuotas mensuales.
- Seguros de Protección de Pagos. Otra posibilidad para hacer frente a los problemas económicos se basa en ser previsores y contratar seguros que garantizan el pago de las cuotas de un préstamo, en situaciones de pérdidas de ingreso como el desempleo. Son habituales para el pago de hipotecas, préstamos personales, tarjetas de crédito, compras a plazo, y en cualquier producto que exija un pago.
SI LA SITUACIÓN AFIXIA: UN PLAN FINANCIERO DE CHOQUE
- Cambiar de casa. Si surge una buena oportunidad de venta, se puede contemplar la posibilidad de trasladarse a una casa más pequeña, o vivir en un barrio más económico.
- Alquilar nuestra segunda vivienda. Si se dispone de una casa en la playa o en la sierra, se puede plantear alquilarla en los meses de vacaciones y así asegurarse los ingresos que tanta falta hacen.
- Rentabilizar los ahorros. Si se ha sido previsor y se tienen algunos ahorros, ahora sumados a la indemnización correspondiente por haber sido despedidos, se les puede sacar alguna rentabilidad. En estos momentos no procede ser muy arriesgado, lo más seguro es abrir un depósito en algún banco. En algún banco por Internet ofrecen hasta un 4,5% desde el primer mes. Pero si se quiere arriesgar más, se puede dedicar parte del dinero a invertir en bolsa.
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Buscar un sobresueldo. No hay que conformarse con ver pasar los días a la espera de que llamen para una entrevista de trabajo. Conviene mantenerse en plena actividad, y, mientras tanto, realizar trabajos esporádicos que, además de unos ingresos, servirán para mantener abierta la red de contactos.