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AMOXOFOBIA (miedo a conducir)

“Tras tener un accidente de tráfico, soy incapaz de coger el coche. Tampoco me fío de que otras personas me lleven. El miedo a sufrir otro accidente me paraliza”.

“Tras más de 20 años conduciendo sin tener ningún problema, una noche que iba conduciendo por una autovía, sufrí un ataque de pánico. A partir de ese momento empecé a evitar coger el coche por miedo a sufrir otro ataque y tener un accidente. La simple idea de conducir me provoca ansiedad”.

“Después de sacarme el carnet de conducir, comencé a sentirme insegura al volante. Los demás me decían que era cuestión de práctica, que antes o después lograría conducir bien. Pero yo me sentía muy insegura y cada vez conducía menos, hasta que dejé de conducir definitivamente, con el consiguiente aumento de mis temores”.

Los anteriores son testimonios habituales entre personas con miedo a conducir, también conocido con el tecnicismo “amoxofobia”.  Se trata de un problema más habitual de lo que podemos pensar; aproximadamente el 4% de la población padece amoxofobia, aunque este es un porcentaje difícil de calcular debido a las reticencias que muchas personas encuentran a la hora de reconocer su problema.

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¿QUÉ ES?

Se considera que una persona tiene miedo a conducir, o amoxofobia, cuando experimenta miedo intenso e irracional ante su anticipación (es decir, siente ansiedad cuando piensa que va a conducir) y, sobre todo, mientras conduce.

Se trata de un temor permanente que, la mayoría de las veces, carece de una causa real que lo justifique. Suele conllevar pesadillas, ansiedad, sudoración, rigidez muscular, pensamientos negativos o catastrofistas, etc.

La fobia a conducir forma parte de las fobias específicas recogidas en el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales). Y, como sucede en el resto de fobias, la amoxofobia genera en la persona la necesidad de huir del estímulo temido que, en este caso, constituye el manejo del vehículo.

 

SÍNTOMAS

Podríamos diferenciar tres componentes, con sus correspondientes síntomas, que ayudan a identificar la fobia a conducir:

  • Nivel cognitivo: la persona tiene pensamientos catastrofistas relacionados con sufrir un accidente, experimentar ansiedad, o  perder el control.  En definitiva, miedo a morir y/o provocar la muerte a otros.
  • Nivel emocional o fisiológico: la persona experimenta ansiedad, inseguridad,  tensión muscular, rigidez, aumento del ritmo cardíaco, sudoración, náuseas, diarrea, mareo, sensación de flojedad en brazos o piernas, visión borrosa.
  • Nivel conductual: la persona evita conducir o  conduce sólo si se dan algunas circunstancias específicas: conducir acompañada, conducir sólo por algunas vías, llevar medicación, conducir a baja velocidad, hablar por teléfono para distraerse de los pensamientos negativos y tranquilizarse, etc.

 

CAUSAS

Entre las causas más frecuentes encontramos:

  • Pequeños o grandes incidentes sufridos al volante: En ocasiones la persona se ha visto involucrada en un accidente, ya sea en primera persona o porque lo ha observado. Otras veces se trata de pequeños percances causados por un mal aparcamiento, una confusión en un semáforo o una curva mal cogida que, en algunas personas, se traduce en un miedo constante y obsesivo.
  • Falta de experiencia al volante: La poca destreza conduciendo también puede ser el origen de esta fobia. Por ello, los expertos remarcan la importancia de prepararse bien antes de empezar a conducir con regularidad. La propia Dirección General de Tráfico (DGT) afirmaba en un estudio publicado en el año 2005 que “una formación deficiente como conductores” puede provocar miedo a conducir.

No obstante, entre los conductores experimentados también se dan casos de amoxofobia. Conductores profesionales como taxistas y camioneros también pueden padecer este miedo irracional, viéndose obligados en ocasiones a cambiar de trabajo. Estos conductores tienen lidiar con una sociedad que no entiende que con su dilatada experiencia puedan tener miedo a conducir.

En algunas personas, estos pequeños o grandes incidentes, desencadenan emociones recurrentes de estrés y ansiedad.

 

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TRATAMIENTO

Si actualmente sientes miedo a conducir, has de saber que existen terapias específicas para superarlo. Y, como sucede con cualquier otro miedo, la única manera de superarlo en enfrentándose a él. En el caso de la amoxofobia, se emplea una terapia basada en la exposición progresiva y sistemática a la conducción del coche.

En primer lugar, un psicólogo o una psicóloga evaluará si efectivamente padeces amoxofobia, así como su nivel de gravedad. Tras la evaluación inicial, empezarás a subirte a un coche en compañía de un profesor o profesora de autoescuela, que la mayoría de las veces también es psicólogo o psicóloga.

Posteriormente, deberás conducir por tu cuenta, según las pautas dadas por el profesor o la profesora, prestando atención a tus sensaciones, en qué momentos has sentido miedo y describirlo.

Así que, si este es tu caso, te animamos a buscar ayuda de profesionales y a plantar cara al miedo.