Aspectos como la percepción, el tiempo de respuesta y la capacidad física se ven perjudicados cuando conducimos bajo los efectos del sueño, el adormecimiento o la somnolencia. ¿Y qué provoca el sueño? La ingesta de medicamentos es una de las causas que está detrás por este motivo hay que conocer los efectos que tienen en la conducción.
Por lo general los conductores están muy concienciados con los riesgos que supone conducir tras haber consumido medicinas. Una encuesta revela que un 77,35% lee primero el prospecto o ha preguntado a su médico.
Desde 2012 en España todos los medicamentos peligrosos para la conducción, es decir, que provocan algún efecto que reduce la capacidad del conductor, deben indicarlo en el cartón con un pictograma con un triángulo rojo y un coche dentro. Así lo establece el Real Decreto 1345/2007.
Cuidado con los antihistamínicos y antidepresivos
Algunos medicamentos favorecen más la aparición de la somnolencia que otros y entre estos destacan los antihistamínicos y algunos antidepresivos o fármacos recetados para el tratamiento de la ansiedad. Los primeros se utilizan, por ejemplo, en los resfriados y las alergias.
¿Por qué afectan a la conducción? Principalmente por el efecto sedante que provocan, como la somnolencia o la disminución de la alerta y, en consecuencia, el tiempo de reacción. Pero también producen alteraciones oculares (visión borrosa, trastornos de acomodación…), alteraciones auditivas como pueden ser zumbidos, o también vértigos o temblores.
Según determinadas investigaciones entre un 4% y 8% de los accidentes de tráfico se deben a maniobras incorrectas del conductor cuyo origen está en reacciones directas a determinados medicamentos.
Por todo esto hay que tener especial cuidado con la automedicación para paliar alteraciones del sueño. Es muy peligrosa porque puede enmascarar el sueño y provocar efectos secundarios sobre la capacidad de conducir.
Si el médico te receta un medicamento para el insomnio, sigue las instrucciones respecto a la conducción de vehículos y evita ponerte al volante los primeros días y en los cambios de tratamiento.
Si por la razón que sea debes tomar medicamentos que provocan efectos secundarios no compatibles con la conducción, piénsatelo mucho antes coger el coche. Lo más recomendable es siempre leerse el prospecto y preguntar al médico o al farmacéutico.
Fuente: www.circulaseguro.com